Por qué tienes que volver a ver “Una historia del Bronx”
Aunque lleva demasiados años escogiendo papeles para estar en piloto automático (con honrosas excepciones), lo cierto es que Robert De Niro (Nueva York, 1943) es sencillamente uno de los mejores actores del mundo. En los papeles que realizó para filmes como «Malas calles», «El Padrino, parte II», «Taxi Driver», «El cazador» o «Toro salvaje», el neoyorkino de origen italiano se consagró como un actor incomparable y prácticamente inmejorable.
Robert De Niro: de actor a director
De la mano del eterno Martin Scorsese, De Niro ha entregado muchas de las mejores actuaciones de su carrera. Y es que en un artículo como el que hoy estás leyendo uno no puede sino establecer ese paralelismo entre las carreras de los dos. Y lo digo absolutamente para bien.
La cosa es que mucha gente no sabe que Robert De Niro también ha hecho sus pinitos como director, y que además lo ha hecho de manera fantástica. De ese modo, hoy recordamos «Una historia del Bronx» («A Bronx Tale» en su título original), aquella magnífica película que dirigió en 1993.
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Conocedor de su propio tirón, De Niro fue también el protagonista de aquella cinta que firmó como realizador. Y es que no hay nada más cómodo que ser uno mismo el —muy probablemente— actor más reconocido del planeta. Pero no estaba solo, le acompañaron nombres que aguantaban bien su presencia y las eternas comparaciones como Chazz Palminteri, Francis Capra, Joe Pesci, Taral Hicks o Lillo Brancato.
En el largometraje vivimos la historia de una relación que se establece de manera casual entre un mafioso y un niño del Bronx. Como podíamos esperar, el padre del crio (interpretado por Robert De Niro) no aprobará esta amistad, lo que le acarreará graves problemas dignos de enfrentarse a este tipo de gente y sus actitudes.
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Aunque la historia a grosso modo puede parecer previsible y ya vista, lo cierto es que De Niro (amplia y explícitamente influenciado por Martin Scorsese) sabe cómo narrar la fábula, cómo mover la cámara y como construir la película.
Obviamente, el trazado de los personajes y el guión del propio Palminteri (aquí la cosa va de actores) ayudan a cimentar el largometraje.
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Siendo consciente de que no descubro nada a nadie que sepa mínimamente de cine, «Una historia del Bronx» es una película magnífica, quizás solapada por las historias similares construidas en el tándem Scorsese-De-Niro, pero no por ello menos rescatable.
Si aún no la has visto, adelante. Si ya la viste en su día, ya sabes de sobra que es un notable ejercicio de cine al que poder volver cada cierto tiempo y tan disfrutable como una buena botella de vino guardada en la bodega.