Review de «King’s Disease III», el esperado nuevo álbum de Nas
De Nas se ha dicho todo y a la vez nunca es suficiente, y es justo lo que ocurre con los artistas de inmenso talento: nunca nos hartamos de pronunciar sus nombres ni de oír sus canciones. Justo hoy estamos de enhorabuena a ese respecto, ya que acaba de salir el esperadísimo «King’s Disease III» .
El cierre de una trilogía de álbumes junto al productor Hit-Boy que han logrado algo que el de Queens se merecía desde hacía décadas: un Grammy a mejor disco de rap, pero que en lo musical son discos exquisitos, lo que realmente importa. Dicho eso, no podíamos sino ponernos los cascos y correr a reproducir el nuevo trabajo del genio tras ‘Illmatic’.
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¿Qué esperar de «King’s Disease III» de Nas?
El disco empieza con ‘Ghetto Reporter’, un genial ejemplo del sonido clásico actualizado del productor y del sentido de conciencia y mensaje accesible de Nas. Con la canción, dilucidamos que el trabajo sigue la línea de los dos anteriores: reactualización sin riesgos del rap de los noventa y rimas del máximo nivel. Sigue con ‘Legit’, un clásico instantáneo que bebe del mejor soul y que nos recuerda al Kanye más inspirado: una de las mejores canciones del disco.
En ‘Thun’ volvemos al Nas de finales de los noventa con unos violines que no saldrán de tu cabeza fácilmente y una nueva demostración de que el neoyorkino sigue a un nivel tan alto como en aquel lejano 1993.
‘Michael & Quincy’ es una de las que más reacciones logró en las redes al conocerse el tracklist, al ser un homenaje al trabajo conjunto entre Michael Jackson y Quincy Jones a lo largo de los setenta y los ochenta. Un tempo acelerado para una canción en la que Nas aprovecha para ir atrás en el tiempo y en solo dos minutos dar una completa y absoluta lección de cómo se rapea.
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’30’ es apoteósica al estilo de ‘Hate me Now’, ‘Hood2Hood’ bebe del pop ochentero y es magnífica, el bajo y los raps de ‘Recession Proof’ son sobresalientes y es cruda, genial y maravillosa y ‘Reminisce’ (la canción que le sigue) es melódica, suave, soulera e igualmente fantástica en su contraste.
El ecuador del disco no es menos sobresaliente: «I’m on fire» es sencillamente preciosa con un Nas intimista y, de nuevo, el mejor soul con la mejor percusión. ‘WTF SMH’ de nuevo nos traslada en un carro de oro al mejor rap de los noventa, ‘Once a Man, Twice a Child’ es reflexiva, retrospectiva y genial, ‘Get Light’ comienza más lúdica y pronto se convierte en un himno jazzy con percusiones más actuales, aunque absolutamente cohesionados con el todo del trabajo.
Entramos en el último tercio del L.P. con ‘First Time’: emocional, multidimensional y adictiva, ‘Beef’ en la que Nas nos recuerda líricamente a ‘I Gave you Power’ (casi nada), «Don’t Shoot» es un recordatorio de lo mejor del combo entre Hit-Boy y el de ‘It Was Written’: sample de soul, melodía pegadiza, un tempo lento y el mejor saber hacer de Nas en el micro, por supuesto, incluye evoluciones y metamorfosis en un beat inolvidable.
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«King’s Disease III» se despide con ‘Til My Last Breath’: trompetas triunfantes y una percusión actual para la guinda del pastel. Un álbum histórico que, a falta de ver el juicio del paso del tiempo, podríamos aventurarnos a decir que es un clásico instantáneo y uno de los mejores discos de toda la carrera de Nas. Sí, incluso siendo conscientes de todo el peso histórico que constituye soltar esa frase.
Dicho esto, solo nos queda dar las gracias a Nas por regalarnos «King’s Disease III»: un álbum de rap atemporal, capaz de alimentarse de la historia de todo un género y de dar como resultado un trabajo en el que no hay rellenos ni recursos fáciles. Oro puro, hip hop en mayúsculas y con todas y cada una de las letras.
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