‘Liquid Swords’: ¿Una de las mejores canciones de rap de los noventa?
Con el legendario y sucio diálogo extraído de la saga de películas «Lobo solitario y su cachorro» («Lone Wolf and Cub») comenzaba una de las canciones más icónicas, legendarias y recordadas de los años noventa. Hablo de ‘Liquid Swords’ de GZA con RZA (en el estribillo) y extraída del álbum homónimo de noviembre del maravilloso año -para el rap- 1995.
Aunque casi se haya perdido, la competición era una de las características del rap, hoy casi relegadas a las batallas de improvisación o freestyle.
En ellas, veíamos entre recursos estilísticos, vocabulario y habilidades y estructuras la capacidad de un rapper para superar al resto. Y ‘Liquid Swords’ de GZA es una de las máximas expresiones de todo ello.
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Con un sample de la canción ‘Groovin’ de Willie Mitchell (de finales de los sesenta), GZA se desliza por el ritmo con una habilidad maravillosa, unas palabras inmejorablemente escogidas y un flow inmejorable.
Para rematar la faena, RZA (primo hermano suyo, dicho sea de paso) ayuda con el estribillo y los coros.
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‘Liquid Swords’ salió en un año tan competitivo como 1995
Aunque el beat -también de RZA- se aleja un poco del sonido agridulce habitual de Wu-Tang Clan en aquellos momentos, es una buena representación de la época dorada del productor y del grupo.
Un momento artístico para la banda que fue inmejorable en cuanto a álbumes en conjunto, en solitario, colaboraciones con terceros y beats.
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Es complicado quedarse con una sola de las frases que GZA suelta en ‘Liquid Swords’.
De hecho, a pesar que de otros (como Method Man, Ghostface Killah, Raekwon o incluso el fallecido ODB) han gozado de una fama más longeva, amplificada y sostenida en el tiempo, siempre se ha dicho que GZA es el gran letrista y el gran cerebro del Wu-Tang Clan. Y eso no es cualquier cosa.
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En tiempos donde la música urbana se ha diluído en letras simples y ritmos básicos, ‘Liquid Swords’ es un absoluto clásico de cuando un artista podía estar el tiempo que fuese necesario perfeccionando una letra con su libreta y su bolígrafo.
No quiero caer en el tópico de «cualquier tiempo pasado fue mejor», pero una cosa estaba clara: eran momentos muy diferentes.