La historia de Beats by Dre: la idea perfecta y un negocio redondo

Dr. Dre (nacido como André Romelle Young en febrero de 1965) es uno de los productores y rappers más conocidos de la historia, soy consciente de que no descubro nada a nadie repitiendo ese cliché. Pero debido a su status y a la influencia que lleva ejerciendo décadas sobre millones de jóvenes, el de Compton ha recibido miles de ofertas de marcas comerciales. 

Zapatillas, ropa, comida y prácticamente todo lo que uno se pueda imaginar ha sido ofrecido a Dr. Dre para que sirva como imagen. Pero el californiano ha dicho históricamente que no, debido a que no se veía de manera natural en todos esos artículos. De hecho, el completo artista tiene una colección inmensa de Air Force Ones completamente blancas. Sí, el mismo zapato una y otra vez.

Es decir: que más allá de la música, no tiene grandes pretensiones de proyectarse con la ropa, ni es un tema que le preocupe demasiado. La cosa es que tras su salida de Death Row y su asociación con el genio de Jimmy Iovine (uno de los ejecutivos más exitosos de la historia), se intentó conseguir una y otra vez el producto perfecto al que asociar su imagen.

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Pero la cosa cambiaría en enero de 2008, con la asistencia de Dre y Iovine al Consumer Show Electronic de Las Vegas. Fue entonces cuando a ambos se le encendió la bombilla: unos auriculares de máxima calidad sí es algo a lo que Dre asociaría su imagen y un artículo que generaría confianza.

De ese modo, acababa saliendo a la venta Beats by Dre , la línea de auriculares del legendario productor de la costa oeste. La mayoría de críticos estaban de acuerdo en que por fin unos casos tenían un bajo decente, ya que esta ha sido la carencia histórica del producto.

Más aún para los fans del rap y la música negra, para los que el bajo es esencial.

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Al producto inicial se le unieron otros más económicos, con lo que acabamos viendo a absolutamente todo el mundo con los cascos. Pero no fue casual: Jimmy Iovine regaló auriculares Beats a todas y cada una de las celebridades que podamos imaginar, viralizando el producto y convirtiéndolo en un must. Por supuesto, las ventas acompañaron la jugada.

Pero lo mejor estaba por llegar para el productor y el ejecutivo. La todopoderosa Apple acababa comprando Beats by Dre por nada menos que tres mil millones de dólares en agosto de 2014, un acuerdo histórico que dio la vuelta al mundo en titulares por toda la prensa.

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De ese modo, Dre y Iovione (que ya eran muy ricos) se convertían en dos de las personas más económicamente saneadas del mundo, superando a la gran mayoría de la industria de entretenimiento.

Por si fuese poco, podemos extraer grandísimas lecciones de negocios de la historia, especialmente la de esperar a tener el productor perfecto, que case con tu imagen y luego amplificarlo y viralizarlo hasta la estratosfera.