«Gully»: intentando que el ghetto no te atrape para siempre

Aunque el género ghetto (ya saben, aquel que cuenta la supervivencia en los barrios pobres de Estados Unidos) nació a finales de los ochenta con el boom mundial del rap, lo cierto es que sus parámetros son siempre parecidos.

No solo se trata de la típica historia del joven que debe elegir entre coger el camino fácil (drogas, pandillas, violencia…) o difícil (estudios, trabajos legales, etc), sino que el enfoque es, por regla general, muy parecido y con poco uso de recursos estilísticos. Podríamos decir que la literalidad (por aquello de la agresividad inherente a las calles) suele ser el fuerte del género.

Pero eso no ocurre con «Gully». Dirigida por Nabil Elderkin (responsable de clips musicales de artistas de primer nivel como Dua Lipa o Frank Ocean), la cinta nos narra la historia de tres adolescentes que intentan buscar su camino en el ghetto de Los Ángeles.

Pero esa sinopsis que suena a ya visto y a trillado, en manos de Elderkin se convierte en una película bastante diferente, para bien y para mal, primero por el toque distópico de la cinta y segundo por el enfoque más abstracto y contemplativo de la misma.

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Es por ello que la película puede ser un goce para muchos (quizás los más abiertos a experiencias cinematográficas menos previsibles) y decepcionante para los que busquen la película ghetto al uso, que es a lo que puede inducir la portada y el marketing de la misma.

Y es que el casting es también magnífico, lo que puede llevar (desde luego no se puede decir que no lo dejemos claro) un poco más al error de la supuesta comercialidad del largometraje. Amber Heard, Kelvin Harrison Jr., Jacob Latimore, Charlie Plummer, Jonathan Majors e incluso el siempre eficiente Terrence Howards (¿cuando tiene este hombre un mal papel?) son los protagonistas de «Gully».

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Dicho esto, «Gully» es un placer si conectas con la concreta visión de Elderkin, entonces estarás ante un drama comparable a los grandes del género, a pesar de su enfoque completamente diferente.

Pero una cosa queda clara: si buscas la típica película con solo acción, palabrotas y posses manidas, entonces «Gully» no es la película que estabas buscando.