Cuando los Fat Boys introdujeron la marca Swatch en Estados Unidos
Hasta los años setenta, la industria relojera de Suiza había tenido una especie de monopolio mundial, habiendo una enorme diferencia entre sus productos y los del resto, además del consabido valor agregado de los mismos.
Por desgracia para ellos, todo eso empezó a cambiar a finales de los setenta y comienzos de los ochenta, con la entrada de los empresarios japoneses que comenzaban a fabricar relojes de cierta calidad y más bajo precio.
¿Cómo The Fat Boys acabaron siendo la imagen de Swatch?
De ese modo, el daño causado a los empresarios suizos por la irrupción de marcas como Citizen o Seiko estaba destrozando y cambiando los parámetros del -hasta entonces- inmenso negocio Suizo. Hasta que a alguien se le ocurrió la idea de darle la vuelta a la situación con creatividad, talento y mucho color.
Así nacía en 1983 la firma Swatch , una marca gestada en la asociación de empresarios suizos dueños de otras marcas de relojes más conservadoras. El nombre correspondía al significado «Second Watch» («segundo reloj», en el idioma de Cervantes) y con el plástico como mayor aliado competiría en terrenos más cercanos a la moda, a lo urbano y a lo casual.
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La marca vendió nada más y nada menos que un millón de unidades en su primer año de existencia y pasó a dos y medio en el segundo. Unas cifras abrumadoras, no en vano estaban vendiendo relojes con el prestigio suizo a unos precios competitivos y con el factor moda/tendencias completamente de su parte.
Pero llegó el momento de introducir la marca en el mercado más competitivo del mundo: Estados Unidos, y no había nada más fresco, subversivo y a la moda en ese momento que una cosa llamada hip hop.
En aquel momento, Russell Simmons estaba intentando financiar un festival de rap y breakdance en la ciudad de Nueva York, Coca-Cola se había caído del patrocinio y llamó al entonces manager de The Fat Boys, de origen suizo.
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Como saben, The Fat Boys fue un grupo de rap de bastante éxito a lo largo de los ochenta (protagonizando incluso varias películas) caracterizado porque sus integrantes estaban bastante gorditos, por utilizar un eufemismo. El manager del grupo pudo cerrar un acuerdo con Swatch y el festival ideado por Simmons se acabó llamando The Swatch Watch New York City Fresh Fest.
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Pues bien, cuando los directivos de marketing de la compañía suiza vieron el carisma de The Fat Boys y lo accesibles (y reconocibles) que podrían ser para el gran público -especialmente el joven- decidieron contratarlos como imagen. Al poco tiempo (en navidad) Swatch y The Fat Boys ya tenían un anuncio en la MTV.
El anuncio se hizo viral porque en aquel momento el canal de clips musicales no programaba a raperos. El spot tuvo tanto éxito y fue tan imitado, que el propio canal no dudó en llamarlos para entrevistarlos y grabarlos en diferentes programas. Pero no solo eso, gracias a ese comercial, el hip hop comenzó a tener mucho más espacio en el popular canal sobre música.
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Por supuesto, la marca Swatch acabó integrándose en Estados Unidos, abriendo tiendas propias y teniendo el reconocimiento como firma del que sigue gozando hoy, casi cuarenta años después.
Lo que mucha gente no sabe, es que gran parte del éxito de esta inmensa multinacional se debe al carisma de estos tres chicos gorditos de Brooklyn.