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Sharing a vibe con Nathy Peluso: sobre la intuición, el poder y el mundo

Por N. WRRR / 14/01/2021
Sharing a vibe con Nathy Peluso: sobre la intuición, el poder y el mundo

Le contaba a Nathy Peluso que esta entrevista fue una cosa del destino. Hace unas semanas, una mañana estaba bailando en mi cuarto un tema suyo. Posiblemente, su sesión con Bizarrap, que acababa de salir. Como a tantas personas, este tema se me ha pegado a la mente como un chicle al zapato, todo el día: «I’m a, I’m a, I’m a nasty girl, fantastic»… Viendo las stories de Nathy, siempre bailando, riendo y bromeando sobre si hacerse unos fideitos con manteca y queso o a la boloñesa, se me encendió una chispita dentro: «qué fantasía sería hablar con ella».

De verdad que no tuve que hacer nada: al día siguiente me estaban proponiendo entrevistar a Nathy. Pienso que cada uno está en su derecho de creer en las casualidades o el destino, y ambas opciones son válidas. Por algún motivo, y en esta ocasión concreta, no pude evitar pensar que el universo —o Dios, o Allah, o lo que tú quieras, me da igual— me había escuchado.

Mood pre-entrevista.

Si me remito a esta parte personal que normalmente eludiría, es simplemente porque fue de esa manera como me presenté a Nathy cuando empezamos a hablar. Aunque hubiera sido increíble mantener esta conversación sobre recuerdos, miedos y sueños con una bebida de por medio y face to face, la hicimos por teléfono, ajustándonos al mood pandemia. Ojalá poder retomarla algún día sin mascarillas de por medio.

Un paseo por las ideas de Nathy Peluso a modo de charla

(Disclaimer: las preguntas están marcadas en negrita, para diferenciarlas de las respuestas de Nathy)

¿Qué recuerdo te viene a la mente de tu primer año como «Nathy Peluso»?

El primer recuerdo que tengo es estar tocando para muy pocas personas, porque yo empecé directamente en los escenarios. No sé por qué se dio así mi carrera. Claro que no había Covid ni nada, pero lo primero que se hacía, cuando yo empecé, era: «dale, me subo al escenario a cantar».

Y empecé a hacer tours de muy poca gente: estoy cantando para 30 o 50 personas, y tengo un recuerdo bastante fijado de los inicios de Nathy Peluso, que fue cuando toqué en una sala que habría unas trescientas personas, y todos cantaron ‘Esmeralda’ gritando… No me lo podía creer, que la gente cantara mis canciones, que supieran lo que yo escribí en una letra para una canción. Eso es como mi recuerdo…

Y a partir de ahí, todo fue creciendo y creciendo, y para mí está grabado como de la manera regular y de lo poco a poco que fue creciendo el público, ¿sabes? Porque lo veía, en persona, en las gradas, lo veía ahí. Entonces, se hace más real, más palpable.

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De ese concierto con 300 personas cantando ‘Esmeralda’, a que ahora todo el mundo se sepa, por ejemplo, tu tema con Biza, que casi está en los 100 millones. (Nota post-entrevista: ¡a día de hoy, ya está en más de 101 millones! 🤩)

Sí, es algo que, como te digo, poco a poco es una cosa que una se va dando cuenta y se va figurando, y vas haciéndolo algo natural. Pero al principio es algo impactante que la gente te conozca. Es: wooow…

¿Cuál es la principal diferencia que notas entre tu «yo» de entonces y tu «yo» de ahora?

Bueno, que soy mucho más consciente de muchas más cosas, imagino que eso significa crecer, ¿no? Aprender de la experiencia. Yo antes era muy inocente, y siempre he sido avispada, pero quizás no era tan avispada como ahora. (Se ríe) Es algo que me ha conseguido la experiencia, seguir aprendiendo… Y me fui haciendo adulta, yo empecé con 19 años. ¿A los 19 años qué sabes de la vida? Nada. Yo creo que tampoco sé nada, pero bueno, algo más que cuando tenía 19… (Más risas)

Como que quizás decía todo lo que pensaba, y ahora digo lo que quiero decir, y ya está. Lo otro lo hablo con mis amigos.

¿Notas el hecho como de que cada vez tienes más poder, más influencia y tienes que medir más tus palabras para que el mensaje último que quieres transmitir no se pierda?

¡Exacto! Vos lo dijiste perfecto, es eso. Una tiene que ser responsable con lo que una quiere decir, y hacerse cargo de decirlo de la manera más clara y respetuosa posible, porque si no a veces se tergiversa, ¿viste?

Entonces, es importante saber expresarse, y decir las cosas de manera concisa, con humildad, con respeto, pero siempre siendo fiel a los principios de una.

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Alguna vez has hablado de que tú escuchas mucho tu intuición a la hora de crear, a la hora de existir en general, ¿no? Y bueno, el 2020 fue raro para todos, porque estuvimos más en casa y eso, pero en general entiendo que tu vida como artista debe ser caótica… ¿Cómo distingues la voz de tu intuición entre tanto ruido?

Bueno, es una pregunta interesante, porque cada vez hay más ruido. Ya no de cara al mundo, sino de cara a una carrera, cuando se despega, cuando hay tantos compromisos y tantos estímulos, que hay que permanecer como transparente, hay que permanecer conectada.

Entonces… Bueno, creo que es algo que tengo tan trabajado, que no lo voy a perder nunca, porque estoy muy en contacto con eso. No tengo una fórmula, la verdad, no es que te podría decir: «mira, medito, hago no sé qué…». La verdad es que no, estoy bastante estresada, pero hay algo que me mantiene conectada con el pulso de lo natural, de mi corazón. Y creo que es porque, como siempre he trabajado así, no sé trabajar de otra manera.

Al final es un poco eso, estar conectada…

¡Claro! Estar conectada, hacerle caso a la intuición, porque es la que a nosotras no nos falla, es un superpoder extra que nos tocó, gracias a Dios. (Risas)

Tu personalidad es súper extrovertida de cara a tus fans, siempre estás muy cercana a ellos y siempre te muestras lo más natural posible, o al menos intentas transmitirles eso, que es importante ser auténtico con uno mismo. ¿Siempre has sido así, o crees que en los últimos años se acentúa cada vez más?

Mira, siempre fui así, lo que pasa es que lo era de manera inconsciente… Y gracias al diálogo que se establece, por ejemplo, lo que me estás diciendo vos ahora, me hice como más consciente de lo que la gente percibía de mí. De manera natural lo mantengo, pero no es nada pretencioso, ¿sabes? O sea, yo desde que era chiquitita en la escuela era una persona que decían: «ay, qué rara, qué extrovertida…». Nunca tuve vergüenza, nunca tuve como issues para comunicarme, o para decir lo que pensaba, para ponerme lo que quisiera.

Siempre fui una persona muy natural, y eso cuanto más grande me hago, como nunca lo abandoné, sigue en contacto conmigo, es mi forma de ser. Pero no es algo que, como sé que funciona, lo use. No, la verdad es que me sale natural. Lo que pasa es que cada vez me sigue más gente, y gracias a la bendición de mi carrera lo puedo compartir con más personas, pero es solo eso.

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¿Qué consejo le darías a una persona que es muy vergonzosa, como para aprender a afrontar esa timidez?

Creo que tampoco hay que combatirla, ¿viste? Porque el combate no es algo sano. Realmente a cada uno nos toca ser como tenemos que ser para aprender algo en la vida. Si te toca ser vergonzoso, seguramente sea porque tenés que aprender a superar eso de una manera productiva y linda para tu corazón, para tu aprendizaje.

Siento que no hay que luchar contra eso, al contrario, hay que acompañarlo, agarrarle la mano, e ir hacia dónde proponga sin miedo. El miedo no es algo tampoco a lo que huirle, porque también a veces nos salva de muchas cosas, pero sí que otras veces nos pone muchas barreras. Entonces, siempre y cuando no haya como un miedo ahí horrible que nos bloquee a aprender y a avanzar, hay que seguir viviendo y hay que estar abiertos a pensar… ¿Qué puede pasar de malo? ¿Qué puede pasar de malo si me atrevo a hacer esto? ¿Que alguien diga algo? ¡Da iguaaaal! ¿Sabés qué? ¡Mirá qué problema, que alguien diga algo!

¿Cuál es tu mayor miedo como artista?

¿Como artista? Bueno… Que deje de escribir bien, pero no ocurrirá nunca, porque es algo que me sale solo. Así que miedo, así como artista…

¿Como persona? Puedo tener un montón. Como artista… ¡Caerme de un escenario! Me da miedo partirme una pierna, no sé. O perder la voz, perder como una parte de mi cuerpo que no me permita seguir, eso es lo que me da miedo.

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Y, en el lado contrario de la balanza, ¿qué es lo que te llena de coraje?

Lo que me llena de coraje a mí… Primero: el ver cómo lo que me sale del corazón triunfa e inspira a las personas, porque es la mejor dicha para uno, ver cómo algo que sale de uno puede llenar a tanta gente. Y luego también me inspira mucho tocar en vivo, me inspira muchísimo, me llena de dicha.

La música en directo me provoca sensaciones que me hacen llorar… de felicidad. Y también me inspira mi público, porque me dicen cosas tan lindas y aprendo mucho de ellos también.

Sentirás, supongo, mucha nostalgia por los escenarios después de toda esta pandemia… Con suerte, volverás pronto.  Para rememorar esos tiempos buenos, ¿compartirías con nosotros un recuerdo extra especial que tengas encima de un escenario, al que recurras como un paraíso mental?

Mira, la verdad es que tengo la suerte de tener grabado el show del Primavera Sound, porque es al que más recurro, porque está grabado, entonces lo puedo ver de vez en cuando y acordarme… Es un sentimiento agridulce, pero bueno, deja de ser amargo cuando tengo la fe y pienso que vamos a volver pronto, esto no va a ser para siempre.

La verdad es que el Primavera Sound fue en un horario hermoso, en un momento hermoso del día, cuando bajaba el sol… Y mi show estaba ya más que engrasado, iba solo, ¿sabes? Cuando en un show ya no tienes ni que pensar, que fluye,  porque está trabajando, y está orgánico en voz.. Así que lo recuerdo muy lindo, el público se lo vivió… Fue hermoso.

No pude verlo en directo, pero sí que lo he visto en vídeo, y es lo que dices, el horario, la puesta de sol… Transmite una vibra.

¿Viste? ¡Ay, sí, es que ese sol a mí me enamoró! Porque empezó alto y bajó, justo cuando estaba cantando, fue bajando, era como naranja.

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¿Cuál es la primera canción que recuerdas aprenderte entera o coreografiar cuando eras más chiquita?

Recuerdo cantarme todo el disco de ‘Alma Caribeña’ de Gloria Estefan, recuerdo bailarme las canciones de Ricky Martin y Chayanne… Tipo, ‘Hay que ser torero’, «Livin’ la vida loca», todas estas canciones de cuando éramos chicas.

Y bueno, esa era un poco la dinámica, como que mi mamá me daba gasolina para que yo también fuera así, entonces me ponía el espejo, me grababa… Era todo el show para mi madre. Ella es una gran culpable de que sea así.

(Nos reímos) Menos mal, también te lo digo… Es la responsable de que tengamos las imágenes del vídeo de ‘Buenos Aires’ y así, ¿no?

¡Sí! Es que mi mamá es una genia, siempre me impulsó mucho, y ella me grababa y todo, y gracias a ella tengo esa herencia. No hay mejor herencia que poder estar en contacto con tu niño interior, y sobre todo verlo en vídeo… Eso es increíble.

¿Tu mamá te da consejos de tu carrera musical, o se mete en plan: «haz esto asá, no hagas esto así»?

¡No, no, no! Mi mamá sabe perfectamente que nuestro vínculo es irrompible, si no lo metemos en el trabajo, porque soy muy líder de mi trabajo. Entonces mi mamá, ella es mamá cien por cien: ella me cocina, ella me cuida, ella me aconseja sobre la vida…

Pero el trabajo es algo que tengo muy conmigo misma, en mi casa, y no comparto mis decisiones con mucha gente, la verdad.

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Tú llevas el liderazgo de tu carrera y de todo lo que haces, pero aunque es verdad que en las últimas décadas va cambiando la cosa, podríamos decir que este sigue siendo un mundo de hombres. ¿Cómo te sientes tú en medio de eso? ¿Crees que a veces alguien se siente amenazado por tu poder, con eso que desprendes?

(Se ríe) Se sienten amenazados por sus miedos, no por mi poder. Porque al final, mi poder es lo que les despierta. Realmente yo creo que eso es inevitable y forma parte de algo que tiene que estar ahí para que suceda lo que está sucediendo ahora.

Pero bueno… No le presto mucha atención a eso, porque una no se puede hacer responsable de lo que provoca al otro. Yo me hago responsable de lo que sale de mi boca, y de lo que yo puedo controlar con mis actos y mi vida. Luego, lo que al otro le causa y cómo el otro deconstruye tu mensaje y decide entenderlo y decide construir todo su pensamiento en base a lo que vos estás diciendo, es ya más decisión del otro que tuya.

Creo que en esta industria obviamente las mujeres tenemos un papel muy importante y muchas estamos gozando del privilegio de hacer lo que hacemos gracias al trabajo que se ha hecho tantos años atrás, tantas mujeres que han trabajado para que hoy podamos gozar de esto.

Es cuestión de seguir trabajando, cada una poniendo lo que pueda… Y haciéndose responsable de lo que una dice, no de lo que al otro le puede pasar… ¡Yo qué sé! Una dice las cosas con amor, con respeto… Luego lo que el otro quiera pensar, no es tu responsabilidad.

Y que la posibilidad de que cada uno interprete lo que le dé la gana, está ahí de todas formas, claro.

A ver, no vas a dejar voces vos de ser segura y de tener poder y de liderar algo que te apasiona porque al otro le pueda llegar a molestar. ¡Que el otro se ponga las pilas y se labore sus problemas!

Tú no vas a dejar de ser natural y de ser feliz por no molestar al otro, ¡si vos no estás haciendo nada malo! Al contrario: estás siendo feliz, y no le estás faltando el respeto a nadie.

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Entiendo que la música, o sea, tu carrera musical, te habrá dado la oportunidad de conocer a un montón de gente, incluso puede que a gente que admiraras antes de llegar a cierto status. ¿Se te ocurre algún ejemplo de alguien que te gusta haber conocido, que hace unos años no te imaginaras?

Emmm… Déjame pensar, porque… ¡Ah sí! ¡Fito Páez! Trabajé con Fito Páez para los Latin Grammy, él tuvo el enorme gesto de tocar conmigo y de hacer un arreglo especial de tango para ‘Buenos Aires’, y fue algo inolvidable para mí. Además es un artista muy grande para toda la cultura argentina, es un gran poeta, un gran pianista, un gran músico.

Y en general dentro del mundo de habla hispana, porque también es muy querido aquí en España. 

¡Sí, exacto!

Eres una artista súper ecléctica, puedes marcarte un tango, hacer algo más rollo ‘Buenos Aires’, rapearte unas barras… No creo que nadie quiera que eso cambie, pero me da mucha curiosidad: dime tres artistas, a poder ser de géneros distintos, con los que te gustaría trabajar.

Me gustaría trabajar con… ¿Con Quincy Jones?

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Wowww, yas…

(Risas) Me gustaría trabajar con… ¡Te iba a decir Stevie Wonder, pero tiene mucho que ver con Quincy Jones! Déjame pensar un segundo… ¡Es que algunos ya no están!

Bueno, creo que me vale.

Entonces trabajaría con cualquier salsero, esté o no esté vivo, aquí o en el cielo. (Nos reímos) Trabajaría con Willie Colón, con Ray Barreto, con Héctor Lavoe… Obviamente trabajaría con las reinas, con Celia Cruz, Gloria Estefan. Me gusta mucho la salsa, disfrutaría mucho trabajando con salseros.

No te quiero robar más tiempo, pero tengo que preguntarte una cosa sobre ‘Sana Sana’. La verdad, espero que te inviten a Genius para explicar la letra…

¡Sí! ¡Estaría genial! (Risas)

¿Qué pasaba para escribieras «y si el FMI me la toca»? ¿Estabas haciendo la declaración de la renta? 

Jajajaj, ¡me encanta! Mira, la verdad, el FMI es un elemento metafórico que resume un poco el sentimiento de gran parte del pueblo de Argentina, la frustración de no poder avanzar y la herida que ha causado en mucha gente el no poder avanzar con tus proyectos, o simplemente el sentirte herido. Y me gustaba hablar de eso de cerca, de eso que sucede a mi gente, y es algo que también me ha hecho a mí irme de mi país…

Es algo que tampoco afecta solo a Argentina, afecta a toda Latinoamérica, y ya no solo a toda Latinoamérica, sino que metafóricamente hablo de que somos adultos y tenemos problemas que ya nuestra mamá no nos puede ayudar, y que tenemos que saber ayudarnos entre nosotros.

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Una última cosa para terminar: danos algún consejo para afrontar este 2021 con ánimos.

Hmmm… ¡Le acabo de dar un mordisco a una tostada de aguacate, imagínate como empecé el 2021 mami! ¡Tengo un hambre!

(Entre risas) Ay, ¡qué aproveche, reina! 

¿Que qué consejo doy? Primero: don’t give up, porque la verdad es que si nos bancamos un año entero así, si hace falta nos bancamos otro para que todo esto se solucione y podamos volver a gozar de la libertad que teníamos antes.

Y luego, cuidar mucho a la familia, porque si algo nos enseñó este 2020 es lo importante que es la gente próxima para nosotros, la familia y los vínculos cercanos. Y que no demos por hecho que van a estar siempre ahí, y los cuidemos, porque un día no van a estar, y uno tiene que haber sacado provecho de su compañía y de aprender de la gracia de tenerlos cerca, ¿viste? Sobre todo los padres. Ese es un buen consejo, creo.

Lo es, absolutamente, la verdad. Pues muchísimas gracias por tu tiempo, te voy a dejar comer… 

¡Gracias, gracias! Un placer hablar con vos, y gracias por hacer preguntas lindas.

Mood tras esta conversación de Natalia a Natalia 💖

Un placer, de verdad.


Nathy es bien cercana a Bizarrap, pero si tú todavía quieres conocer al productor argentino un poco mejor, este artículo te interesa.